lunes, 31 de agosto de 2009

sábado, 29 de agosto de 2009

MANIFIESTO POR LA RESISTENCIA PEDAGÓGICA

El 27 de agosto se firmó en Montpellier el manifiesto de los enseñantes franceses “desobedientes” a las reformas de su ministerio. Desconozco el alcance de la protesta y el grado de implicación del resto del profesorado. Tampoco sé que eco tendría una propuesta similar en nuesto país, en nuestros países... Este es el texto:


Las “reformas" estructurales y pedagógicas impuestas por el Ministerio de Educación no permiten construir una escuela justa, humana y respetuosa con todos los niños. Conducen a la destrucción de la escuela pública para abrirla al mercado. Nuestro deber es resistir.


Al adherirme a esta carta, me comprometo a trabajar en pro de una educación y una instrucción destinada a:


Respetar los derechos del niño tal como se definen en la Convención sobre los Derechos del Niño, incluido el derecho a una educación de calidad para todos, el derecho al desarrollo y el desarrollo armonioso del niño.

Promover la autonomía y la responsabilidad del niño, como ser dotado de razón y conciencia.

Contribuir a la construcción de su pensamiento a través de una pedagogía que enfatice la cooperación y el razonamiento, en lugar de la competencia y la mera repetición de automatismos.

Que los alumnos aprendan a hablar, leer, escribir y contar al ponerlos en situación de reflexión y de intercambio.

Aceptar la autoridad educativa, opuesta al autoritarismo, basada en el respeto de la libertad de conciencia, el respeto mutuo y la legitimidad de las normas desarrolladas en común.

Realizar evaluaciones constructivas que permitan medir realmente los progresos de los alumnos y que favorezcan su autoestima.

Crear las condiciones para la cooperación dentro de la comunidad educativa y en el seno de la clase, de forma que ayuden a cada niño a entrar en el proceso de aprendizaje y a superar sus dificultades.

Promover una reflexión sobre la organización de la vida activa del niño en la escuela que respete sus ritmos crono-biológicos.

Con la firma de la Carta, me coloco en situación de resistencia no aplicando la totalidad o parte de los dispositivos en contra de los valores de respeto, cooperación y progreso. Reivindico, en conciencia, por lealtad hacia la educación pública, y en el nombre de la libertad pedagógica consagrada en la ley, la posibilidad de establecer cualquier alternativa educativa por el interés de los niños.

viernes, 28 de agosto de 2009

METODOLOGÍAS DE LA RESISTENCIA

Cuando he visto pasar algunas reformas educativas a lo largo de mi vida, como alumno y como docente, y ahora que el partido de la oposición amenaza con otra reforma cuando llegue al poder, creo que algunas cosas me van quedando claras. Hay muchas personas que se consideran resistentes en muchas parcelas de la vida. Me viene a la memoria aquella famosa frase de Juan Negrín de “resistir es vencer”. No pretendo vencer –algo que me parece imposible–, pero sí creo en el valor de la resistencia como impulso vital para seguir trabajando dignamente, pues, de lo contrario, la sensación de malestar, de sentirse como un pelele a los vaivenes reformistas, se acrecienta y te impide desarrollar tu trabajo como educador. Propongo, entonces, la resistencia como eje de la metodología central de la labor educativa. Las siguientes interpretaciones se expresan de forma breve –con el riesgo evidente de simplificar– y requerirán, junto a las oportunas discusiones, explicaciones más amplias en un futuro.

  • Proponer metodologías de la resistencia significa, en primer lugar, vivir la escuela a contracorriente. La (pretendida) innovación no resiste un análisis medianamente fino y escrupuloso. Tanto más cuanto la inflación del término aboca a una escuela integrada en una innovación dirigida y patrocinada. Independientes.

  • Llevar a la práctica metodologías de resistencia supone sumergirse en la escasez de medios materiales y en la inconsistencia de propuestas supuestamente novedosas, para salir a flote una y otra vez. Creativas.

  • Pero, acto seguido, cuestionan igualmente la escasez, la penuria, la inconsistencia, los lenguajes cargados de barreras y los discursos monocordes. Críticas.

  • Las metodologías de la resistencia centran su quehacer principal en la investigación. No dan nada por sentado, no dan todo por descubierto. Investigadoras.

  • Son permeables, en consecuencia, a los encuentros y desencuentros, pero evitan el dogmatismo y el misterio. Receptivas.

  • Conocen el contexto socioeconómico en que se desarrollan y luchan por conseguir un mundo más justo y solidario. Solidarias.

  • No requieren exclusivamente educadores técnicos, pues sólo los educadores como poetas son capaces de señalar nuevos horizontes. Líricas.

  • No centran su quehacer única ni mayoritariamente en la evaluación. Las cosas importantes de la vida no se miden.
P.D. Sólo con fuertes convicciones se puede desarrollar una metodología de la resistencia.